I
(BALADA DE UN SUICIDA)
Fresco vaho denso raya el alba, amotinado entre los labios
resuella en el trasnocho de la mirada turbia, fría…
deambulo en soledad.
Párpado somnoliento
lucha es en el andar,
trasciende insomne de añoranza,
cruza viejas esquinas de la vida,
ya hechas historia: ¡Ya vividas!,
─ juzga la conciencia airada de tanta estupidez,
que de su cavilar en recuerdos estancados
es imposible cambiar.
Impaciente destino me has visto decrecer,
y hoy cansado el paso
inútil es seguir en el juego de tu azar.
Visión introspectiva,
turbia y desdeñable con la vida,
se mofa de su suerte, de la muerte,
rió de este engañoso barajar.
…Pero eso sí,
irremediablemente…
el veneno habré de beber.
Fresco vaho denso me llega al alma
y enmudeces mi latido con este no más,
eco vagabundo que he sido,
para que así,
tristemente,
...deba callar...
Fresco vaho denso me llega al alma
y enmudeces mi latido con este no más,
eco vagabundo que he sido,
para que así,
tristemente,
...deba callar...